Para comenzar me gustaría realizarle una pregunta: ¿Qué es lo que mejor sabe hacer un niño?
¡Exacto! ¡Jugar!, los niños saben jugar, es su especialidad y en eso ellos son profesionales. No hay niño que no sepa hacer esta actividad en grupo o solo.
Un niño pequeño no tiene muchos pensamientos o ideas acerca de las cosas únicamente se ocupa de sentirlas y de mover su cuerpo en relación con estas. Sus respuestas adaptativas son más musculares o motoras que mentales. Por eso los primeros siete años de vida se llaman de desarrollo sensoriomotriz.
Este desarrollo sensoriomotriz, permite en el niño entradas sensoriales, estas son sensaciones que le permiten al cerebro establecer nuevas conexiones neuronales.
Cada conexión nueva que el niño desarrolle le permitirá, aprender a atarse las cintas de los zapatos, coger un lápiz, no romperle la punta , cambiar de una tarea a otra, reconocer las señales de alto en la escuela, así como los límites, reglas dentro y fuera del salón de clases y muchas cosas más.
No es suficiente decirle al niño que es un campeón o un inteligente es importante apoyarle a fortalecer su desarrollo sensoriomotriz; por medio del juego y la diversión, él favorecerá su integración sensorial. Observe a un niño disfruta de juegos rudos, le gusta que le hagan caballito lo columpien, correr, saltar, rodar, luchar y trepar. Estas actividades propician mucha entrada sensorial.
Un estímulo cerebral es cuando realizamos nuevas tareas, pues el cerebro se adapta y readapta rápidamente a los nuevos aprendizajes. El cerebro necesita estímulos para aprender, tales como: ver nuevas películas, visitar un lugar nuevo, resolver un nuevo problema, hacer amistades, jugar, movernos, bailar, ir a parques subirse a la resbaladilla, trepar el pasa manos y así mismo cubren las necesidades del sistema nervioso.
El niño practicará una actividad repetidamente para dominar cada elemento sensorial motor. A veces retrocede y practica un paso anterior del desarrollo antes de pasar a algo nuevo. Realizar nuevas actividades, establecer retos, es una gama de estimulación para el cerebro, pues a través de estas actividades se establecen nuevas conexiones.
A medida que el niño crece las respuestas mentales y sociales sustituyen este desarrollo y el razonamiento abstracto es hasta los 7 u 8 años no se llega a este razonamiento sino hay un conocimiento concreto del cuerpo, del mundo y de sus fuerzas físicas.
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